¿Cómo gestionar los conflictos entre iguales?
Muchas veces hablamos de los conflictos con lxs niñxs y nos focalizamos en cuando se dan entre nosotrxs adultxs y ellxs. Hoy quiero hablarte de los conflictos cuando estos implican a dos iguales, ya sean amigxs, hermanxs o compañerxs.
Voy a desarrollar en varios puntos los aspectos que deberías tener en cuenta para posicionarte ante estas situaciones de una manera respetuosa y efectiva. ¡Vamos allá!
1.- PRESENCIA
2.- CALMA
3.- CONFIANZA
4.- SEGURIDAD
5.- RECOGIDA
Ante los conflictos entre IGUALES (hermanxs, amigxs, etc.) es importante que sepamos cuál es nuestro lugar para no desordenarnos. Saber que como personas adultas tenemos nuestro rol y nuestra responsabilidad ante este tipo de encuentros difíciles para ellxs, nos facilita que podamos acompañarles con la regla de las 3 E’s: con eficiencia, eficacia y efectividad.
Aquí te dejo 5 claves para que tengas presente en este tipo de situaciones:
• PRESENCIA: es decir, estate cerca cuando les suceda una situación de conflicto. Presta atención a lo que se dicen, a cómo se lo dicen y lee sus cuerpos para que tengas más información de lo que realmente sucede. Recuerda que los cuerpos no nos engañan nunca y que tu acompañamiento les puede facilitar que aprendan a leer cuando sus bocas dicen “sí” y cuando sus cuerpos dicen “no” a la vez. Aquí te ayudará decirles algo del tipo: “veo que tienes muchas ganas de jugar con tu amigx y por eso le dices que sí a esto, pero tu cuerpo está cerrado y dice que “no”. El cuerpo nunca nos engaña y mientras aprendes a leerlo y a decir lo que el cuerpo quiere realmente, yo pongo el límite por ti”.
• CALMA: en esos momentos conserva la calma. Ya te decía en algún artículo previo que nosotrxs somos su FARO en la tempestad, así que ante sus conflictos, no les quites el protagonismo y ubícate en tu lugar interno de adultx sostenedorx. Si tú añades malestar, nervios, tensión o enfado a una situación que ya lo lleva implícito, no haces más que incrementar la energía del momento y la dificultad en la resolución de la situación. Concéntrate en acercarte desde tu mirada adulta para que sus conflictos infantiles no te tomen. De todas formas, si observas que hay algún tipo de conflicto entre los iguales que te “saca de tus casillas” reiteradamente, tal vez sea una buena oportunidad para ver sobre qué habla de tu propia historia, ¿no crees?
• CONFIANZA: confía en que, a partir de cierto momento madurativo, disponen de herramientas para gestionar sus propias dificultades. Mírales así y potenciarás esta parte suya interna que sí es capaz de gestionar lo que les sucede y lidiar con ello. A partir de los 3 años, las criaturas entran en la etapa social y empiezan a desarrollar habilidades relacionales y de gestión de las frustraciones y conflictos con lxs demás. Todo toma su tiempo y la evolución es progresiva y depende de cada niñx. No les pongas prisas y observa bien en qué momento está tu hijx. De todas formas, comprende que con nuestra mirada de confianza lograrán encontrar estas capacidades internas con mayor facilidad.
• SEGURIDAD: tu presencia, tu calma y la confianza, les brindan seguridad mientras gestionan ese conflicto. Saben que si no logran hacerse entender, limitar lo que no les gusta, o se les hace demasiado duro sostener la situación, tú estarás allí para darles cobijo y apoyo. Tu seguridad les da alas. Así que no te vayas hasta que estés segurx de que se han quedado mínimamente tranquilxs. Ofréceles tu madurez y tu cuerpo para que sientan el sostén en estos momentos de mayor tensión y, a la vez que segurizas ese espacio, les reflejas, con tu comportamiento, la capacidad de poder conquistar esta actitud ante los conflictos.
• RECOGIDA: una vez acabe el conflicto, si puedes, haz un cierre, una recogida. Puedes resumirles lo que has visto (sin añadir moralismos o subjetividad); cómo lo han gestionado; asegurarte de que las dos partes están satisfechas (y si no es así tal vez puedes acompañar a la que se ha quedado tocada). Si no es posible hacer este balance en un momento post-conflicto, escoge algún ratito de calma y “buen rollo” para sacar a la luz el conflicto que han vivido y hacer una recogida emocional del mismo. Les puedes decir algo del tipo: “antes os habéis enfadado mucho y os habéis dicho cosas que os han herido. Ha sido difícil para todxs y me alegra que lo hayáis podido resolver. ¡Felicidades! Veo que cada vez más tenéis más recursos para gestionar lo que os sucede.”Eso sí, déjales hablar primero a ellxs y escucha con atención lo que te comunican, ya que esta es la única manera de aprender de su Verdad interior.
Ya ves que aquí te dejo con algunas pautas que te pueden servir para saber cuál es tu lugar en un conflicto entre iguales desde el prisma de la crianza respetuosa. Prueba a integrarlas y hacértelas tuyas para llevarlas a la práctica sabiendo que conquistarlas es todo un hito, puesto que seguramente hemos aprendido que ante los conflictos entre iguales debemos intervenir activamente, cortar la situación de cuajo, entrar en moralismos judeo-cristianos del “perdón” y evitar que se junten con aquellxs niñxs con lxs que tienen más conflictos. Sí, esto es lo que la mayoría de nosotrxs hemos aprendido de nuestra propia crianza y experiencia. Revertirlo toma tiempo. Sete leve y no te presiones. Los cambios reales y orgánicos toman su tiempo.
Elisenda Pascual i Martí
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